domingo, 20 de mayo de 2012

Artículo de logo Los otros marginados




Pilar Rahola

El coste de la crisis es inversamente proporcional según el lugar que se ocupa en la sociedad: más alto para la gente sin recursos que para la clase media, y mucho más para la clase media que para los más poderosos. Si esta escala discriminatoria la hacemos con otros parámetros, también en cuestión de recortes hay colectivos más discriminados que otros.

Es el caso, por ejemplo de las entidades que trabajan con discapacitados psíquicos y físicos y que acaban de ver cómo los presupuestos del señor Montoro han recortado en 56% la partida destinada a su inserción laboral. Dicha así, la cifra es una más de las que se amontonan en el estercolero de las malas noticias.

Pero si nos acercamos con los ojos de mirar a la gente, lo que queda son 7.300 puestos de trabajo, repartidos en 100 entidades sin ánimo de lucro, que ahora peligran, más 982 personas que dejarán de ser formadas, y 500 profesionales que perderán el trabajo, mientras los discapacitados que tenían una vida laboral digna se quedarán en casa.

El Estado, además, incumple la ley de integración social que obliga a financiar el 50% del sueldo mínimo de estas personas y -¡cosa bien extraña!- el recorte es más duro en Catalunya que en otros lugares. Es decir, puestos a dejarnos en los huesos, también se acuerdan de rascar el poco dinero que dedicaban a la reinserción de este sensible colectivo.

Desde la perspectiva humanitaria, queda poco por decir, más allá de constatar la gris sensibilidad del Gobierno Rajoy.

Pero además la cuestión también tiene lectura catalana, porque fue en Catalunya, en los años setenta, cuando la discapacidad era un tema tabú, que empezaron a plantearse centros especiales para insertar laboralmente a los discapacitados.

Afortunadamente la Generalitat lo apoyó desde el inicio y aglutina un tercio de los contratos, pero el recorte del Estado en esta partida pone en jaque todo el sistema. Ante la grave situación que se puede crear para miles de personas, las entidades implicadas harán el domingo un acto que se prevé multitudinario en el Arc de Triomf, bajo el lema "Eso sí que no. Si nos recortáis, nos abandonáis".

Tanto el alcalde Trias como el conseller Cleries han confirmado la asistencia. Y no hay mucho más que decir, tal vez porque lo siguiente que me apetecería sería demasiado grueso para un artículo.

¿Cómo pueden hacer una cosa así? ¿Les cuadrarán los números recortando estas partidas tan sensibles y al mismo tiempo tan escasas? Y qué les dirá la conciencia mientras aseguran no tener dinero para discapacitados pero tapan los millonarios agujeros negros de su juguete bancario, aquel donde los políticos y los amigos del PP hacían fiesta grande.

Fiesta grande que ahora pagamos todos. Diría que es una vergüenza, pero es demasiado suave. Que es indigno, y me quedaría corta. Que es sucio, feo, triste, injusto..., y aún me faltaría diccionario...

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